lunes, 6 de octubre de 2014

SEMBRAR ESTE AÑO CEBADA

Sembrando letras

«Sembrad este año cebada, no trigo; en este podéis sembrar garbanzos, y no cebada; el que viene será de guilla de aceite y los tres siguientes, no se cogerá gota»




Capítulo XII (Don Quijote de la Mancha)        
De lo que contó un cabrero a los que estaban con Don Quijote

(En este capitulo se nos narra como un cabrero anuncia  la muerte de un pastor que falleció debido a los amores de una moza muy hermosa, Marcela. Don Quijote que era desconocedor de esta historia se intereso por la historia y el pastor de buen grado, accede a contársela).

Al lugar donde se encuentra el grupo de cabreros, llegó el mozo de los que les traían del (de la) aldea el bastimento (provisión de comida u otras cosas necesarias), y dijo:
— ¿Sabéis lo que pasa en el lugar, compañeros?

— ¿Cómo lo podemos saber? —respondió uno dellos (de ellos).

—Pues sabed —prosiguió el mozo— que murió esta mañana aquel famoso pastor estudiante llamado Grisóstomo, y se murmura que ha muerto de amores de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo el rico, aquella que se anda en hábito de pastora por esos andurriales (fuera de camino).

—Por Marcela, dirás —dijo uno.

Don Quijote, su fiel escudero Sancho y los cabreros
—Por esa digo —respondió el cabrero— y es lo bueno que mandó en su testamento que le enterrasen en el campo, como si fuera moro, y que sea al pie de la peña donde está la fuente del alcornoque, porque, según es fama y él dicen que lo dijo, aquel lugar es adonde él la vio la vez primera. Y también mandó otras cosas, tales, que los abades del pueblo (los curas del lugar) dicen que no se han de cumplir ni es bien que se cumplan, porque parecen de gentiles (paganos, es decir, no cristianos). A todo lo cual responde aquel gran su amigo Ambrosio, el estudiante, que también se vistió de pastor con él, que se ha de cumplir todo, sin faltar nada, como lo dejó mandado Grisóstomo, y sobre esto anda el pueblo alborotado; mas, a lo que se dice, en fin se hará lo que Ambrosio y todos los pastores sus amigos quieren, y mañana le vienen a enterrar con gran pompa (grandeza y esplendor) adonde tengo dicho. Y tengo para mí que ha de ser cosa muy de ver (cosa de ser vista, es decir, extraordinaria); a lo menos, yo no dejaré de ir a verla, si supiese no volver mañana al lugar (aunque supiese que no podría volver).

—Todos haremos lo mesmo (mismo) —respondieron los cabreros—, y echaremos suertes a quién ha de quedar a guardar las cabras de todos.

—Bien dices, Pedro —dijo uno—, aunque no será menester usar de esa diligencia, que yo me quedaré por todos; y no lo atribuyas a virtud y a poca curiosidad mía, sino a que no me deja andar el garrancho (rama quebrada de un árbol) que el otro día me pasó este pie.

—Con todo eso, te lo agradecemos —respondió Pedro.
Y don Quijote rogó a Pedro le dijese qué muerto era aquel y qué pastora aquella; a lo cual Pedro respondió que lo que sabía era que el muerto era un hijodalgo rico, vecino de un lugar que estaba en aquellas sierras, el cual había sido estudiante muchos años en Salamanca, al cabo de los cuales había vuelto a su lugar con opinión de muy sabio y muy leído (culto y letrado).

Don Quijote platica con Pedro
—Principalmente decían que sabía la ciencia de las estrellas, y de lo que pasan allá en el cielo el sol y la luna, porque puntualmente nos decía el cris del sol y de la luna (eclipse de sol y de luna).

Eclipse se llama, amigo, que no cris, el oscurecerse (oscurecer, es decir, anochecer, ensombrecer) esos dos luminares mayores —dijo don Quijote.

Mas Pedro, no reparando en niñerías, prosiguió su cuento diciendo:
—Asimesmo adivinaba (asimismo adivinaba) cuándo había de ser el año abundante o estil (estéril, es decir, inútil o ineficaz).

Estéril queréis decir, amigo —dijo don Quijote.

Estéril o estil —respondió Pedro—, todo se sale allá (todo viene a ser lo mismo). Y digo que con esto que decía se hicieron su padre y sus amigos, que le daban crédito, muy ricos, porque hacían lo que él les aconsejaba, diciéndoles: «Sembrad este año cebada, no trigo; en este podéis sembrar garbanzos, y no cebada; el que viene será de guilla de aceite (cosecha abundante de olivas) y  los tres siguientes no se cogerá gota (no se cogerá nada)»

—Esa ciencia se llama astrología —dijo don Quijote.

Fragmento de  Don Quijote de la Mancha (Miguel de Cervantes)



Biografía



Biografía de Miguel de Cervantes


Nació en Alcalá de Henares (Madrid) en 1574. Fue el cuarto de los siete hijos de un modesto cirujano, Rodrigo de Cervantes, y de Leonor Cortinas.

A los 8 años entró al colegio de los Jesuitas. A los 16 años todavía iba a la a la escuela y le gustaba muchísimo leer. También, le gustaba asistir a las presentaciones de teatro que se hacían por aquel entonces. Fue un joven bastante culto.

A los 22 años decidió hacer se soldado. Intervino en la batalla de Lepanto contra los turcos. Miguel de Cervantes recibió varias heridas, en el pecho y en la mano izquierda, que le quedó sin movilidad y articulación. Desde aquel instante se le conoció como el “manco de Lepanto”.

Por aquel tiempo había comenzado a escribir algunos poemas.  En su regreso a casa, su barco se extravió en una tormenta y fueron atacados  por un barco. Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo cayeron prisioneros. Cinco años estuvo prisionero, hasta que en 1.580 pudo ser liberado gracias al rescate que aportó su familia. Cervantes intentó fugarse varias veces pero nunca lo logró.

En 1580 volvió a España, tras doce años de ausencia. Fueron bien duros para Cervantes y comenzó a escribir. En 1584 se casó con una joven llamada Catalina. Su presencia en Sevilla fue fundamental en la vida de Cervantes, le permitió conocer todo tipo de gentes, que más adelante aparecerían como personajes en sus más obras literarias. Su primera obra importante fue La Galatea.

Posteriormente, en 1604, Cervantes se trasladó a Valladolid en busca de mecenas (personas que le ayudaran en su actividad literaria), pues tenía dificultades económicas. Un año después, 1605, publicó la primera parte del Quijote, que alcanzó, un gran éxito, cuando Miguel tenía 58 años. Diez años después terminó la segunda parte y para ése momento ya se habían realizado traducciones, de la primera parte, en inglés y en francés.

Escribió muchísimo durante sus últimos años, pero nunca llegó a tener el suficiente dinero para vivir cómodamente. Murió a los 79 años.

                                                                       Alba y Cristina 6º B
                                                                                                      


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