domingo, 29 de marzo de 2015

EL ARADO

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EL INVENTO MÁS REVOLUCIONARIO DE LA AGRIGULTURA: EL ARADO

Arando la tierra
Todo el mundo coincide en afirmar que si hay algún invento que ha revolucionado la agricultura a lo largo del tiempo, ese es el arado. Todo parece indicar que el arado apareció hacía el año 3500 años a.C. en Medio Oriente.  Más concretamente, en el sur de Mesopotamia y en las tierras fértiles comprendidas entre los ríos Tigris e Eúfrates.  En estas tierras se establecieron una serie de asentamientos humanos que les permitió subsistir en estas llanuras idóneas para el cultivo. Es allí dónde se produjo la llamada revolución neolítica. Con el paso del tiempo, aquellas tierras se fueron poblando y se dio paso a un verdadero nacimiento de civilización urbana y que se extendió por toda Mesopotamia (tierra entre dos ríos, según el antiguo persa). Se crearon nuevas zonas para el cultivo y apareció el arado que reemplazó a la azada como instrumento para excavar, remover y profundizar aquellas tierras de regadío.

Pintura hallada en tumba de Sennedyem 1.200 a. C
La aparición del arado permitió aumentar la rentabilidad de los cultivos e igualmente incrementó las labores de los hombres y mujeres en campos y huertas. Con el arado removían y profundizaban en el suelo con mucha más facilidad, lo que les permitió aumentar la tierra destinada al cultivo y  por tanto, aumentar siembras y plantaciones.

Los primeros arados estaban hechos completamente de madera. Se buscaba entre los árboles aquellas ramas gruesas que tuvieran la forma adecuada o semejante a una flecha. Se cortaba y se daba la forma y estructura adecuada. Aquellos primeros arados de madera eran tirados por hombres. Más tarde, fueron los romanos quienes incorporaron al arado una estructura de hierro. En estos arados, la cuchilla en forma de flecha se le llamó reja. La reja se introducía en el suelo removiendo la tierra. Coincidiendo con la época romana se produce un significativo avance, el arado es arrastrado por animales, siendo los bueyes los primeros en realizar la tarea.

Dos caballos arando. ( Friedrich Eckenfelder)
En la Edad Media, concretamente entre los siglos XI y XII, se comenzó a utilizar el arado normando o también llamado, de vertedera. Este nuevo arado, era más pesado pero permitía hacer surcos más profundos y voltear la tierra más fácilmente lo que permitía airear mejor la tierra y por tanto hacerla más productiva.
 
Arado antiguo
 En el año 1730, es en Inglaterra donde se construye el llamado arado Rotherham, que perfeccionó su forma triangular, lo que significó que se adaptase mejor para ser tirado por animales y que se empezara a fabricar de manera industrial.  Recién iniciado el siglo XIX, más concretamente en el año 1808, se logra construir el primer arado completamente de metal. Se trataba de un arado fuerte y robusto, lo que permitió acometer tareas en terrenos más desfavorables (duros y pedregosos) y contribuyó al incremento de tierras en cultivo. Posteriormente, se inventó un nuevo tipo de arado provisto de dos ruedas y con un asiento para el conductor. A partir de entonces, se han ido sucediendo diversos tipos de arados cada vez más sofisticados. Apareció el arado propulsado por vapor, más tarde por gasolina y ya en nuestros días, el arado provisto de las más diversas y avanzadas de las tecnologías. Así, se ha ido, poco a poco, facilitando las tareas en los campos y huertas y, al mismo tiempo, se ha ido revalorizándose el arado. Todo lo cual, ha permitido un mayor rendimiento en las tareas y labores agrícolas, con un menor esfuerzo y también, por qué no decirlo, con un ahorro de mano de obra.

Labrador con mujer sembrando patatas (Van Gogh
En la actualidad, siguen apareciendo diversos tipos de arados que obedecen al tipo de trabajo a realizar. Estos arados son arrastrados por tractores que labran varios surcos a la vez, pues están provistos de varias rejas o discos. Además, disponen de piezas independientes del resto de la estructura y que por tanto, en caso de rotura o desgaste de las piezas se pueden sustituir por otros de manera más fácil.

El arado y gradas (Van Gogh)

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