domingo, 15 de marzo de 2015

EL COMPOST

Para saber más


EL COMPOST

La palabra compost proviene del latín componere que significa juntar. De aquí que el compost puede ser considerado como una agrupación de restos orgánicos (restos de organismos muertos procedentes de las plantas y animales) que a través de un proceso de fermentación (proceso realizado por bacterias y microorganismos que transforman un producto inicial) origina un producto final que es inodoro (que no tiene olor) y con alto contenido en humus (capa superior del suelo compuesta por un conjunto de materias orgánicas en descomposición) llamado compost.

Aprovechamos los restos de plantas del bancalico
El compost, es considerado como uno de los mejores abonos naturales, que se puede obtener de una forma bien fácil, económica y natural, y que permite aportar a los suelos agrícolas, una gran fertilidad, produciendo un notable rendimiento de los cultivos.

¿En qué consiste el proceso de obtención del compost?

Las plantas bien desmenuzadas
Este abono natural llamado compost, se obtiene mediante un proceso en el cual, la materia orgánica, generalmente, compuesta de plantas muertas y restos de alimentos, es transformada y convertida por   acción de microorganismos (seres vivos muy diminutos que sólo es posible verlos con la utilización del microscopio) y descomponedores del suelo. En este proceso de transformación no existen ni malos olores ni putrefacción.


¿Qué materiales podemos utilizar para realizar compost?

Se distinguen dos tipos de materiales:

Materiales húmedos: Son los restos de frutas, verduras, hortalizas, hierbas, flores muertas, estiércol de animales de granja o corral (gallinas, conejos, ovejas, cabras, caballos, vacas…), los posos del café e infusiones, el pan, etc. Este tipo de materiales aportan agua y sustancias   nutritivas como el nitrógeno.

Cortando los restos de las plantas
Materiales secos: Son las hojas secas, paja, cartón, servilletas y papel que no contengan tintas, cartones de huevos, serrín y virutas de madera natural, pequeñas ramas, cenizas de madera, cáscaras de huevo, etc. Este tipo de materiales aportan, básicamente, carbono.

Desechos de aves

¿Qué materiales no sirven para hacer el compost?

Hemos de tener cuidado y evitar excrementos de perros, gatos y demás animales carnívoros, pues pueden contener parásitos. Además, no se utilizan materiales cocinados, como carnes y pescados, pues pueden aportar malos olores, y atraer moscas y roedores. No se ha de utilizar papel satinado ni papel de revistas, pues llevan componentes tóxicos en sus tintas.

¿Qué ventajas nos aporta el compost?

De forma tradicional y natural, y durante muchos años, los huertanos de nuestro municipio de Molina de Segura, han realizado su abono natural, lo que hoy llamamos compost, pero que en aquel entonces se le llamaban basura o estiércol.

El proceso de elaboración del estiércol (compost) era el mismo que conocemos. Las antiguas casas, tenían un lugar reservado en el patio para la producción del estiércol. Sobre aquel lugar se iban depositando todos los restos y desperdicios orgánicos que las personas y animales iban generando en la casa. Se iban mezclando y descomponiendo los sobrantes y restos de frutas y verduras que se consumían, la hojarasca y tallos de plantas, parrales, higueras… que existían en los patios de las casas, las cenizas de la chimenea, los restos y sobrantes de hierbas y plantas que consumían los animales (conejos, cabras, ovejas, mulas, cerdos…) y los excrementos de esos mismos animales y de las aves que se tenían, gallinas, pollos, pavos…

Llenando el contenedor del compost
El montón de basura, en los patios de las casas, iba creciendo en materia orgánica y porquerías de las deposiciones de los animales domésticos día a día, y los microorganismos iban descomponiendo y formando un extraordinario abono natural, el llamado estiércol. Aquel estiércol se sacaba, del patio de las casas, una o dos veces al año y se llevaba a la huerta. Ya en la huerta, en una parte del bancal se amontonaba, se cubría de tierra y se humedecía continuamente para que no perdiera la humedad y siguiera su proceso de descomposición. Con aquel estiércol se abonaban los bancales de nuestra huerta, pues contenía una gran riqueza de nutrientes para los cultivos. Además, servía de mantillo para hacer los semilleros de plantas como, pimientos, tomates, melones…en las llamadas almajaras (estructuras, a modo de invernadero, abonado con estiércol para favorecer la rápida germinación de  las semillas), pues los huertanos pasaban el estiércol por el garbillo (cedazo) y separaban las partes más pequeñas y finas de las grandes, y aquel estiércol, bien menudo, lo empleaban en las almajaras.
Este estiércol, fruto de este proceso tradicional y natural, fue favoreciendo, a lo largo de los años, nuestra huerta molinense y al mismo tiempo, incrementando la productividad de su tierra sin contaminarla con productos químicos que pudieran dañar el excelente ecosistema que formaba la huerta.

El compost y la sostenibilidad del planeta

La mejora de la calidad de vida del ser humano no está reñida con lastimar o deteriorar el planeta. A lo largo de la historia, el ser humano ha ido evolucionando y mejorando su calidad de vida, sin estropear ni perjudicar los recursos naturales, y las generaciones posteriores, han podido disfrutar de un planeta limpio, natural y equilibrado. En los últimos años, empezamos a ver y padecer que nuestro planeta comienza a resentirse de grandes y gravísimos problemas medioambientales que, probablemente, si no ponemos remedio, nuestra amada Tierra, puede sufrir cambios no deseados que pudieran ser irreversibles. De entre estos problemas a los que nos enfrentamos, sobresalen: la pérdida de biodiversidad, contaminación, escasez de agua, desgaste de la capa de ozono, deforestación, desertificación, etc.

Contenedor del compost
La elaboración de compost, como abono natural y orgánico, ha de convertirse en una buena práctica ambientalista, pues posee un magnífico valor para el desarrollo sostenible de nuestro planeta. Recuperar materia orgánica a partir de los desechos originados por todos y cada uno de nosotros puede ser una alternativa a la contaminación y otros problemas medioambientales.

Actualmente, se sabe que la basura diaria que generamos en nuestros hogares contiene, aproximadamente, un 40% de materia orgánica y que esta materia orgánica,  puede ser reciclada para que vuelva de nuevo a la tierra en forma de abono natural  para el cultivo de plantas en huertas y jardines. Más concretamente, los estudios realizados sobre ello, aseguran que de cada 100 kg de basura orgánica se obtienen
30 kg de compost. Con este modo de hacer, indudablemente, estaremos contribuyendo a la reducción de las basuras que se llevan a los vertederos y al mismo tiempo, conseguiremos reducir el consumo de abonos químicos, con lo que los suelos destinados a los cultivos serán enriquecidos con un extraordinario abono natural, el compost.

Removiendo los materiales del compost



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