martes, 8 de noviembre de 2016

PARA SABER MÁS

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LAS SEMILLAS


Las semillas o también, llamadas simientes son la parte del fruto de las plantas que contienen el germen para el nacimiento de una nueva planta. Igualmente, podemos decir que las semillas son esos granos que forman parte de los frutos de una gran mayoría de plantas y que cuando se siembran o caen al suelo producen nuevas plantas de la misma especie. En definitiva, suponen el elemento esencial en la renovación, perpetuación y difusión de distintas especies de plantas. 


El desarrollo del ser humano a lo largo de la historia, está íntimamente ligado a las semillas. Los seres humanos en el Paleolítico subsistían de la caza de animales salvajes y de la recolección de frutos, raíces, granos, etc., pero fue en el Neolítico, cuando aquellas personas, se dan cuentan que granos y semillas que recolectan para su alimentación, germinan de manera espontánea y generan nuevas especies vegetales y que, incluso,  en los lugares que lo hacen, se desarrollan y crecen mejor que en otro sitio. Es así, como semillas y granos silvestres, comienzan a ser cultivados en las cercanías de sus asentamientos. Aquellos seres humanos observan que las semillas puestas en la tierra brotan y producen nuevas plantas de la misma especie y que a su vez, dichas plantas producen nuevas semillas. Es el principio de la agricultura, uno de los descubrimientos más importantes de la humanidad. Aquellos seres ya no solamente dependen de lo que les regala la Naturaleza, ellos mismos y con sus propias manos son capaces de producir y generar más de lo que necesitan para vivir.

Las semillas han desempeñado y desempeñan un papel fundamental en la alimentación de las personas. En las distintas culturas y a lo largo de la historia, han existido distintos tipos de semillas que han sido fundamentales en la alimentación. En el continente americano, fue el maíz la base de alimentación y permitió el desarrollo de grandes culturas. En el Lejano Oriente, el arroz se convirtió en el sustento mayoritario que alivió el hambre de  la mayoría de la población. Por su parte, el trigo es el cereal más importante desde el punto de vista nutritivo. Hoy día, siete mil años después, trigo, maíz y arroz siguen siendo las semillas más sembradas y representan los pilares sobre los que se asienta la alimentación mundial

Estructura de las semillas

Todas las semillas contienen tres partes esenciales:


   1.    Epispermo: Es la cubierta, generalmente, dura que protege a la semilla de posibles daños o de la desecación. 

   2.    Endospermo: Son los tejidos u órganos que almacenan las sustancias alimenticias de la semilla. De entre las sustancias alimenticias de reserva que la semilla posee, sobresalen: carbohidratos (almidón), grasas y proteínas.

   3.    Embrión: es la parte de la semilla que da origen a la raíz, hojas y tallo de la nueva planta.




La germinación de las semillas

Entendemos por germinación de las semillas el proceso mediante el cual las semillas colocadas en un medio favorable y con las condiciones necesarias, origina una nueva planta. Las condiciones determinantes del medio para que las semillas germinen son: aporte suficiente de agua y oxígeno y temperatura apropiada.

En el proceso de germinación el aporte del agua se va difundiendo a través de las envolturas de la semilla y llega hasta el embrión, ya que durante el tiempo en el que la semilla ha estado guardada o quieta se ha secado por completo. El agua hace que la semilla se vaya hinchando y llega un momento en que la envoltura externa (epispermo) se rompe. Por su parte, el oxígeno que absorbe la semilla le proporciona la energía necesaria para iniciar su crecimiento. Además, las sustancias alimenticias almacenadas en el endospermo de la semilla, se van descomponiendo en sustancias más sencillas y son transportadas al interior del embrión para llegar a sus partes de crecimiento. 
  
Después de que la semilla haya absorbido el agua necesaria, comienzan a emerger las primeras raíces que surgirán de la semilla, es lo que se llama radícula de la semilla.


La radícula empezará a brotar a través de la envoltura de la semilla. Se irán formando los pelos radicales que absorberán el agua y sujetarán el embrión al suelo. A continuación, y una vez fijada la raíz al suelo, empiezan a desarrollarse las partes externas de la planta, las hojas germinales de la semilla (cotiledones) y el tallo. Los cotiledones que salen a la superficie forman clorofila y comienza el proceso de la fotosíntesis. Después, se desarrollan las hojas verdaderas. 

Desde que comienza la germinación y hasta que la planta logra la completa independencia realizando la fotosíntesis, se alimenta de los nutrientes almacenados en la semilla. Durante ese tiempo la planta recibe el nombre de plántula.

La longevidad de las semillas

Cuando hablamos de longevidad de la semilla, nos estamos refiriendo al tiempo que puede conservarse una semilla y que llegado el momento y en las condiciones favorables, cuando la sembramos, es capaz de germinar de manera correcta. 

En la longevidad de las semillas juegan un papel decisivo e importante, la humedad y la temperatura en la que se encuentren las semillas, de ahí que sea importantísimo que cuando vayamos a almacenar semillas lo hagamos de forma correcta con una humedad y la temperatura adecuada y ajustada.


La longevidad  de las semillas varia enormemente de unas semillas a otras. Se sabe que algunas semillas pueden germinar perfectamente después de más de 100 años. 

Contrariamente, otras semillas pueden mantenerse en buenas condiciones de germinación durante unas semanas y transcurrido ese tiempo ya no serán capaces de germinar, a pesar de que las condiciones de germinación sean las  óptimas. 

Almacenamiento de las semillas

El almacenamiento de las semillas está ligado a la extracción de las mismas. Así, desde muchos años en nuestra huerta de Molina de Segura, huertanos y huertanas han obtenido sus propias semillas dejando que algunos frutos (tomates, pimientos, coles, acelgas, cebollas, pepinos, berenjenas, sandías, melones…) maduraran para luego recoger sus semillas. Todo ello ha permitido, que hombres y mujeres que cultivan nuestras huertas han ido produciendo plantas con las mejores características e eligiendo aquellas que más les han convenido. Plantas fuertes y sanas, sin plagas ni enfermedades y adaptadas al clima de nuestro municipio. Todo lo cual ha hecho que se hayan ido preservando a lo largo del tiempo determinados cultivos locales. Consiguiendo, con ello, las mejores plantas.


Después de la extracción de las semillas hay que realizar la conservación de las mismas. Para ello hemos de tener en cuenta algunas indicaciones:

  1. Antes de almacenar las semillas, es importante eliminar la humedad que contienen y asegurarnos que han perdido toda antes de almacenarlas. Con ello evitamos que se forme moho y las mismas se echen a perder.
  1. Debemos mantener las semillas alejadas de fuentes de calor durante su almacenamiento. Las altas temperaturas pueden dañar y afectar a su viabilidad.
  1. Después del secado de las semillas las pondremos en un recipiente de cristal,  plástico o papel y quedarán guardadas en un medio seco y oscuro.

  1. Finalmente, es importante colocar una etiqueta donde indiquemos el tipo de semillas y la variedad de la misma, la fecha en la que se recolectó y en la que fue almacenada.



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