domingo, 7 de mayo de 2017

PARA SABER MÁS


Para saber más

Los huertos

monacales







LOS HUERTOS MONACALES


Monasterio de Santa María de Huerta (Soria)

Desde la Antigüedad el ser humano ha sentido la necesidad voluntaria de abandonar el grupo social del que formaba parte para retirarse a meditar y orar en soledad. Aquellos primeros seres humanos fueron los ermitaños y anacoretas. Con el paso del tiempo, quisieron agruparse en pequeñas comunidades donde llevar una vida de aislamiento, reflexión y oración, tanto en el cristianismo como en otras religiones. De esta manera surgen los monasterios. Es en la Edad Media cuando encuentran su máximo apogeo y se convierten en esas construcciones religiosas, tranquilas y relajadas en las que hombres y mujeres se dedican al rezo diario y reflexión con su dios. La palabra monasterio procede del griego monasterion y significa “la casa de uno sólo”.

Convento de la Purísima Concepción
Los monasterios fueron diseñados y construidos en ambientes especialmente para llevar una vida de aislamiento y oración. Se tratan de una estructura arquitectónica con el propósito de crear una comunidad independiente y autosuficiente, algo parecido a una pequeña ciudad. Los monasterios se rigen por sus propias leyes y los monjes encuentran todo lo necesario para su existencia.


La distribución de un monasterio se compone de diversas partes y estancias. Espacios que  en los cuales se disponen todos los elementos esenciales de la religión en cuestión. 

Destacan los siguientes:

  • La iglesia: lugar de oración.
  • El claustro: construido, generalmente, junto a la iglesia. Es de planta cuadrada y el centro suele haber un pozo y un pequeño jardín con cuatro caminos.
  • La Biblioteca: donde los monjes copian manuscritos y libros antiguos.
  • Sala Capitular: el lugar de reunión de la comunidad.
  • El Refectorio: es el comedor. Junto a él, estaba la cocina.
  • Las celdas de los monjes: es el gran dormitorio común, estaban en el piso superior.
  • Otras dependencias: huertos,  enfermería, locutorio, establos, molinos, talleres y el cementerio.

Los monasterios estaban, generalmente, ubicados en zonas ideales que disponían de fértiles tierras de cultivo,  en zonas regadas por ríos o acequias, en los valles o sitio montuoso. Los ríos proporcionaban agua necesaria  para beber y al tiempo, para regar los cultivos. Los valles disponían de la tierra que necesitaban las huertas y los pastos para el ganado. En estos lugares se buscaba crear un lugar retirado para la oración, pero, al mismo tiempo, que tuviese disponible los suficientes y necesarios recursos naturales para mantener a la comunidad de monjes.


Monasterio Nuestra Señora del Olivar
En estos lugares los huertos monacales se convierten en espacios privilegiados para el autoabastecimiento de la comunidad.  Aquellos huertos estaban divididos en pequeñas parcelas. Cada una de estas parcelas estaba destinada a un determinado cultivo. La importancia que adquieren los huertos dentro de los monasterios estaba más que justificada:



  1. Son la base de la alimentación de la vida monacal.
·         Proporcionan toda clase y variedades de hortalizas y verduras: patatas, zanahorias, acelgas, lechugas, alcachofas, ajos, espinacas, habas…
·         Sus árboles frutales, con manzanos, perales, higueras… completan la base de alimentación.

  1. Proporcionan los condimentos y aromas para la cocina.
·         Las plantas aromáticas cultivadas, recolectadas y conservadas, aportan los condimentos y aromas para las comidas. Romero, cilantro, anís, tomillo, mejorana, albahaca, azafrán…son algunas de las plantas.

Monjes en la botica del convento

  1. Las plantas medicinales son utilizadas como remedios para el tratamiento de alguna afección o enfermedad
·         Muchas de las plantas aromáticas poseen propiedades medicinales que sirven de base para la preparación de toda clase de infusiones, cataplasmas, ungüentos…para paliar diversos dolores, achaques y males que padecen. Así, las plantas no son solo buenas para condimentar las comidas, sino también para curar si se toman en la medida adecuada. Entre las más habituales de los huertos monacales destacan: romero, tomillo, orégano, salvia, santolina, manzanilla…
·         Con aquellas plantas se trataban las fiebres, enfriamientos y dolores de vientre ocasionados por las comidas.

 Antiguo Monasterio de San Jerónimo de Cotalba.

  1. El desarrollo de las boticas.
·      Los monjes cuidan con cariño y esmero el trozo de tierra del huerto que está reservado para las plantas medicinales. Estudian su recolección, sus propiedades curativas y aprovechan las partes que servirán para elaborar y confeccionar las pócimas con las que tratar los males y enfermedades.

  1. La redacción de libros de botánica
·         El cultivo de las plantas medicinales proporcionó el nacimiento de textos de botánica que servirán para el estudio de la Historia de la Botánica. En dichos textos se recogen diversos formularios para aleccionar a los monjes y enseñarles sobre la elección, el cultivo y recolección de las plantas medicinales. Algunos de estos textos incluyen dibujos y miniaturas.

Las plantas medicinales, las boticas y la botánica

  1. Las plantas aromáticas y medicinales constituyen la base de diversos productos para la vida de los monasterios.
·         Son múltiples y variadas plantas que con ellas se hacen  jabones (laurel),  preparar colorantes (orégano), hacer cestos (cornejo), licores, mermeladas y un gran número de productos cosméticos.


En definitiva, los huertos de los monasterios proporcionaban una agricultura para el autoconsumo de los monjes y se realizaba con la con la fuerza de trabajo producida por ellos mismos. Aquellos religiosos siempre conservaron la tradición de cultivar huertos y combinaban tanto el cultivo de árboles frutales (manzanos, perales, higos, membrillos…), el de flores (rosales, lirios…), hortalizas (tomates, pimientos, habas…) y plantas aromáticas y medicinales (orégano, romero, salvia…) El riego de los huertos se hacía mediante acequias, canales o caños, fuentes, cursos naturales, o riego a brazo mediante depósitos que guardaban el agua de lluvias o fuentes. Toda esta variedad de plantas en los huertos proporcionaba una buena parte de la dieta para los frailes, además de condimentos y medicamentos.


Huerto monacal


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