jueves, 22 de junio de 2017

COSECHA DE PATATAS Y ZANAHORIAS

De la patata “colorá” al naranja zanahoria





Alumnado infantil 3 años


Mujer campesina con cesto (Camille Pisarro)


Sobre lo escrito




Sobre las señales que indican buen tiempo.

Si se ve la luna del tercer o cuarto día clara y nítida, hará buen tiempo. Si se ve la luna llena con nitidez a mitad de mes, el tiempo estará despejado. Si se ve la luna casi roja es señal de que hará viento. Si se ve la luna de color negro es señal de que lloverá, con la ayuda de Dios. También es señal de buen tiempo que se vea el sol al amanecer con nitidez. Si antes del amanecer y atardeciendo se divisan nubes dispersas, es señal de que no lloverá. Si al amanecer ves el disco solar con nitidez, sin la presencia de nubes, es señal de que también se mostrará claro y visible a la mañana siguiente. Si al atardecer no se ven nubes y, a continuación, al anochecer, o un poco antes de que anochezca, se ven de color rojo, es señal de que lloverá, con el auxilio de Dios. Se retrasará la lluvia, con la ayuda de Dios, si ves a los pájaros que están en la maleza piar de noche de forma débil y a los cuervos graznar animadamente.


Fragmento Tratado de Agricultura (Casiano Baso Escolástico)



Acabando el curso en el bancalico, el alumando de 3 años.

Un paseo para comenzar y dejar que los alumnos y alumnas capten todo a su alrededor. Después, buscamos dónde poder encontrar patatas. Pronto y con ayuda, descubren dónde están. Queda un caballón de patatas “colorás” y en estas fechas se hace preciso sacarlas de la tierra.

Los niños y niñas refugiados del caluroso sol, bajo la sombra de los árboles, es el momento de hacerse con la vieja azada y comenzar la faena. El grupo de niños y niñas mirando sin perder detalle y la azada cortando la tierra en tormos apretados que esconden las patatas. Los niños y niñas celebran cuando las patatas salen de la tierra y aplauden la escena.  Repartimos plantas con sus patatas colgando y cubiertas de raíces. Es todo un momento gozoso y divertido, lleno de satisfacción y disfrute.

Cuando el caballón queda roto, las patatas salpican la tierra, los niños y niñas se apresuran a limpiarlas de tierra y las colocan en una caja. Quedamos a la espera de saber quién las comió y que nos cuente.

Acabadas las patatas, les regalamos la sorpresa de las zanahorias que aún se esconden bajo tierra. Después de salir de la tierra, su perfume es inconfundible. A los niños y niñas les enamoran. Su color, su forma, su perfume y sobre todo… ¡su sabor! No se resisten a ello, y rápidamente, corren a la fuente de agua para lavarlas y comerlas. ¿Cómo están?... ¡riquísimas!


Querido huerto…¡ hasta el próximo curso!



Cortando la tierra
































Bajo el caluroso sol




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